Solo en el Evangelio de Juan, Jesús repite este nombre ciento cincuenta y seis veces. A Dios le gusta que lo llamemos Padre. Después de todo, ¿no nos enseñó Jesús a iniciar nuestra oración con la frase «Abba nuestro»? Es difícil que comprendamos cuán revolucionario era para Jesús llamar a Jehová «Abba». Lo que ahora es una práctica común, era algo inaudito en los días de Jesús. Joachim Jeremías, especialista en Nuevo Testamento, describe con qué rareza se usaba la expresión: Auxiliado por mis ayudantes
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